Sita en el madrileño municipio de Pozuelo, la fundación Gil Gayarre lleva medio siglo amparando y tutelando a personas con discapacidad de todas las edades. En su visita, los escolares asistieron a varios talleres, en uno de los cuales los discapacitados ejercieron de maestros. Días más tarde, algunos de ellos volvieron, en esta ocasión en calidad de voluntarios, para compartir la jornada completa.
Corría el año 1960 cuando una madre con un hijo con síndrome de dawn tuvo la iniciativa de crear un espacio que pudiera responder a las necesidades que se les plantean a los padres de un hijo con discapacidad intelectual, y donde este tuviera oportunidad de recibir toda la atención que precisaran para su crecimiento.
Aunque es entonces cuando nace la Fundación Gayarre, tendrán que pasar todavía algunos años hasta que las Hijas de la Caridad de San Vicente Paul se incorporen a la estructura de la Fundación, encargándose desde ese momento del cuidado y atención de los residentes.
Precisamente, con este ánimo, el de conocer más de cerca dicha labor, así como el día a día de las personas con discapacidad intelectual, los alumnos de 4º de ESO se desplazaron hasta Pozuelo, municipio donde se halla ubicada la matriz de la Fundación Gil Gayarre.
A lo largo de su visita, los alumnos pudieron disfrutar de los diferentes talleres donde operan los residentes, en uno de los cuales los propios discapacitados ejercieron de maestros.
Días más tarde, un grupo más reducido de estos alumnos volvió a realizar, aunque esta vez en calidad de voluntarios, una segunda visita al centro. Durante el tiempo que se prolongó su estancia en la Fundación Gil Gayarre, los escolares tuvieron oportunidad de acompañar a los residentes con limitaciones más profundas y de pasear con ellos. Incluso compartieron karaoke.
Al finalizar la jornada los voluntarios reconocieron sentirse muy reconfortados con la visita y confesaron haber experimentado la alegría que nace de la entrega del amor. De igual modo señalaron haber reconocido a Cristo en cada una de aquellas personas, pues amándolos amaban al Señor.